Durante la sesión informativa se trataron con detenimiento las principales afecciones de los piel derivadas de un tratamiento oncológico más o menos agresivo y duradero. Entre estas patologías, las más frecuentes son la xerosis, derivada de cualquier tipo de tratamiento, el prurito, que conlleva una gran repercusión en la calidad de vida del paciente, las fisuras cutáneas, suelen ser muy dolorosas, la radiodermititis que se llega a producir en el 90% de los pacientes o la alopecia. Otras patologías, no menos incómodas y lesivas para el paciente, pero sí menos frecuentes es el caso de la hiperpigmentación, la la afectación oral o las alteraciones en la uñas.

Para todas ellas existen tratamientos, aunque la ponente dejó claro que “es fundamental tratar la piel antes de iniciar un tratamiento ya que se acusan mucho menos los efectos secundarios que se puedan producir”. Asimismo se incidió en el papel fundamental del farmacéutico a la hora de conocer qué efectos pueden producirse en la piel de cada paciente oncológico para ayudarle, aconsejarle y recomendarle el mejor producto dermatológico.

En esta línea, la sesión también sirvió para exponer diferentes protocolos farmacéuticos, dependiendo de la dolencia de cada paciente, entre los que incluyó los maquillajes cosméticos. A la vanguardia de los tratamientos dermatológicos, también contribuyen a mejorar el bienestar del paciente y su aspecto físico”, señaló la experta, antes de concluir con una recomendación fundamental: “la higiene corporal, la protección solar y una correcta hidratación deben ser indispensables”.