La segunda y tercera de estas sesiones han versado sobre la nutrición enteral, sus causas y consecuencias. En este sentido se analizó la importancia de poner remedio a la desnutrición de estas personas que puede llegar a desencadenar pérdida de fuerza muscular, aumento de fracturas, retraso en la curación de heridas, disminución de las funciones inmune y hormonal y complicaciones postoperatorias. Asimismo, se trataron las principales herramientas para el cribado y la valoración nutricional desde una oficina de farmacia, ya que es primordial una correcta identificación de las personas que requieren un determinado control y así prevenir posibles complicaciones en su salud y mejorar su pronóstico. Dentro de ese control, la herramienta más básica consiste en la medición de la talla, el peso y sus hábitos alimenticios.

La tercera y última de estas sesiones continúo profundizando en los problemas nutricionales de la personas de edad avanzada aunque, en este caso, dicha sesión se centró en el denominado Programa NutriM que permite cubrir la pérdida nutricional del paciente y evitar su pérdida de peso. Este programa recomienda a los farmacéuticos establecer un control previo del estado de dicho paciente y comenzar a tratarlo desde una mejora en sus hábitos alimenticios; en este sentido, se recomienda el incremento en sus dietas de aquellos alimentos que propicien el aumento energía como es el caso de quesos, productos lácteos o aceite de oliva. También se recomienda el aumento de ingesta de proteínas como la clara de huevo, frutos secos o jamón. Si este aumento no cambia la pérdida nutricional, se aconseja acudir a los suplementos orales que deben ser administrados desde la oficina de farmacia. El buen consejo del farmacéutico debe indicar también la recomendación de una práctica de ejercicio regular que puede contribuir sobremanera a un envejecimiento saludable.