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Los farmacéuticos cordobeses inician una campaña para concienciar a los ciudadanos de que deben exigir siempre su receta y presentarla debidamente cumplimentada

 

El Colegio Oficial de Farmacéuticos de Córdoba, junto con los farmacéuticos andaluces, ha puesto en marcha una campaña que tiene como objetivo final concienciar a los ciudadanos de que deben pedir siempre su receta debidamente cumplimentada, pues, sin ésta, el farmacéutico no podrá dispensarle los medicamentos que la precisen. La campaña, que lleva como lema “Su derecho, nuestra obligación”, incluye dípticos que se van a repartir en todas las farmacias de la provincia.

 

Con esta campaña el Colegio pretende cubrir un doble frente: por un lado, insta a sus colegiados a que sean estrictos en el cumplimiento de la ley, y a no dispensar sin la correspondiente receta debidamente cumplimentada los medicamentos que la precisen; por otro lado, el Colegio pretende que el peso de la dispensación con receta no recaiga únicamente en el farmacéutico, sino que también prescriptores y ciudadanos adquieran conciencia de la necesidad de llevar a la farmacia una receta debidamente cumplimentada.

 

Conciencia de que actualmente, y a juicio de los farmacéuticos, -de hecho, en un altísimo porcentaje de casos- el paciente acude a la farmacia sin receta, y, muchas veces, ni siquiera es consciente de que tiene que pedirla. Y en otro altísimo porcentaje las prescripciones llegan en P10, informes de urgencia, documentos de interconsulta, y “recetas servilleta”, entre otros tipos de documentos sin ninguna validez jurídica, así como recetas que no cumplen con los requisitos legales como en el caso de la prescripción de psicótropos. “Y sin embargo, el malo de la película aquí siempre parece el farmacéutico, cuando éste muchas veces cede por no entrar en conflicto con el paciente, aunque sepa a ciencia  cierta que podría tener problemas o, lo que es peor, por incurrir en un presunto delito de denegación de auxilio si un Juez así lo estimara ante cualquier reclamación”, sostiene el presidente de los farmacéuticos cordobeses, Fernando Grande González de Canales.

 

Para extender las responsabilidades y el compromiso, y para lograr que todas las partes implicadas, y fundamentalmente los ciudadanos, vean en la receta no un mérito trámite burocrático, sino un documento de prescripción que otorga garantía y seguridad tanto a los profesionales, prescriptores y dispensadores, como fundamentalmente a los propios pacientes, el Colegio ha puesto en marcha esta campaña, que incluye un doble mensaje. De un lado se le dice al paciente –y se le recuerda al farmacéutico– que si un medicamento necesita receta, tiene que pedirla y presentarla al farmacéutico, pues de lo contrario no se la podrá dispensar. Y, por otro lado, se le aclara al paciente qué es una receta, y qué no es una receta, de modo que no acepten como tal ni un informe de urgencias, ni la servilleta de un bar, ni un p10, ni siquiera una receta privada o pública correcta, pero sin todos los datos debidamente cumplimentados.

 

En la rueda de prensa de presentación de la campaña, el presidente de los farmacéuticos cordobeses, Fernando Grande, ha subrayado que la campaña emprendida por todos los Colegios de Farmacéuticos de Andalucía no está dirigida a descargar a los farmacéuticos de responsabilidades, sino más bien a restarles presión, convirtiendo a los ciudadanos en aliados para que pidan siempre su receta y no acudan a la farmacia con la intención de que le dispensen el medicamento que no le han prescrito por el medio adecuado. “Pero es conveniente subrayar que ni esta campaña, por su dimensión y montante, conseguirá un efecto masivo de concienciación ciudadana; ni, aunque lo lograra, eso librará al farmacéutico de tener que enfrentarse ocasionalmente a situaciones delicadas y embarazosas. Y en esas situaciones, la respuesta debe ser siempre la misma: el rigor y el cumplimiento de la legalidad, porque al final de todo el proceso de prescripción-dispensación está el farmacéutico”, ha concluido.

 

Insistiendo en la necesidad de que se cumpla la ley mientras ésta no cambie, los representantes de los farmacéuticos andaluces se han mostrado no obstante partidarios de afrontar un debate más profundo y señalan la necesidad partidarios de revisar y actualizar el listado de medicamentos de prescripción, ya que el actual es obsoleto y presenta incongruencias como el hecho de que el mismo principio activo esté presente en medicamentos que precisan receta y en otros que no la precisan. Es el caso de la acetilcisteína, el paracetamol o el ibuprofeno, etc… por ejemplo. Además demandan que el Real Decreto de Receta Médica, actualmente en borrador, recoja la “Dispensación Excepcional por el Farmacéutico”. Grande ha manifestado que “si los farmacéuticos pudiesen dispensar excepcionalmente medicamentos que ya de forma crónica están controlados por los respectivos prescriptores, los centros de salud se descongestionarían, se ahorrarían costes no sólo en medicamentos, sobre todo en horas, y quien ganaría al final es el paciente”.

 

 

 

 

 

 

 
 

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