La polimedicación es otro de los problemas de los más mayores. Hay que asegurarse que el paciente esté tomando el menor número de fármacos necesarios.
Todos debemos usar los fármacos con precaución, pero especialmente en la población anciana existen algunos aspectos diferenciales que deben ser tenidos en cuenta. En primer lugar se ha de valorar la necesidad real del tratamiento farmacológico. Conviene recordar que muchos de los síntomas referidos por los ancianos no requieren tratamiento farmacológico y pueden ser controlados con otras medidas. Además, debemos asegurarnos que el fármaco elegido es el más adecuado para el anciano, lo que puede ser una buena alternativa terapéutica en los adultos, puede no serlo en el anciano.